Helicobacter pylori es una bacteria ubicua en el ser humano, se encuentra en el estómago de la mitad de la población mundial. Esta estrecha relación no es algo reciente. Se ha detectado la presencia de Helicobacter en momias de hace 3.000 años, pero se cree que esta relación es incluso anterior.
Si bien cuando pensamos en H. pylori la asociamos directamente con un “bicho malo”, tan solo en un pequeño porcentaje de personas que tienen esta bacteria, sobre el 10% llega a producirles algún tipo de síntoma. ¿Qué factores hacen que H. pylori pase de ser inofensiva a causarnos un verdadero problema de salud?
Como detallo en el artículo que encontraréis en el blog de Nutribiótica, que H. pylori se comporte como un patógeno en nuestros estómagos depende en gran medida del estado de salud de nuestra microbiota. Una microbiota en equilibrio puede lograr mantener a esta bacteria como un microorganismos comensal, pero cuando la microbiota está desequilibrada o en disbiosis es más sencillo que ocurra una infección por H. pylori.
H. pylori cuenta con una serie de mecanismos que le permiten sobrevivir en un ambiente tan hostil como es el estómago. Por un lado, es capar de reducir la acidez estomacal gracias a la producción de una enzima llamada ureasa, que cambia el pH en su entorno próximo. Su forma de espiral y la presencia de flagelos facilitan que pueda penetrar en la capa de moco que protege el estómago. Además, puede producir distintos factores de virulencia, como toxinas, con las que llega a causar daño en la mucosa del estómago.
No os perdáis el siguiente artículo si os interesa conocer en detalle: cómo sobrevive H. pylori en nuestro estómago, qué síntomas causa su sobrecrecimiento, cuáles son las pruebas, los tratamientos y qué probióticos pueden ser de utilidad para acompañar a los antibióticos o como monoterapia.
Lee el artículo completo en el #NBlog de Nutribiótica: Infección por Helicobacter pylori: un inquilino, a veces molesto




Olalla Otero
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¿Afectan los antibióticos a la microbiota?
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